El difícil momento
redujo el interés del niño por ser cantante como su padre. Respetuoso, Don
Vicente decidió no insistir. Alejandro tomó otro camino y optó por estudiar
arquitectura. Pero la música – y la sangre – llaman. El padre del joven
aspirante a arquitecto le hizo una propuesta que no podía rechazar: grabar un
dueto con él para un disco en homenaje a la música mexicana. Alejandro accedió
de inmediato. El tema seleccionado, “Amor de los dos”, resultó un triunfo sin
precedentes.
El éxito de aquella
grabación dio pie a una nueva invitación. Esta vez, sin embargo, Alejandro
enfrentaría el micrófono como solista. En aquella segunda compilación apareció
su versión de “El andariego”. La canción escaló hasta los primeros sitios en
las listas de popularidad. Nada mal para un cantante amateur. La elegancia y la
simpatía de Alejandro Fernández eran tan evidentes que la propuesta para lanzar
al mercado un primer álbum propio no se hizo esperar.
En 1992, el joven
cantante debutó con un disco homónimo que reportó ventas poco comunes para el
género ranchero. Alejandro sorprendió a la audiencia con una aproximación más
fresca a la música tradicional mexicana, lo que le permitiría convocar al
público joven en torno a un género que parecía olvidado. Alejandro vio
posibilidades para desarrollarse como artista. No tardó en dejar la
arquitectura. Había nacido una estrella.
Su entrada definitiva
al mercado mexicano sucedió con el álbum “Que seas muy feliz”, en donde se
incluyó un tema que forjó nuevas audiencias entre el público joven para la
música romántica mexicana: “Como quien pierde una estrella”. La canción fue un
parteaguas en la carrera de Alejandro: marcó récord de ventas para el género
ranchero y le abrió las puertas en los territorios del pop, al ser incluida en
la programación de radiodifusoras no especializadas en lo folclórico. La
consolidación la obtuvo con el siguiente álbum, “Muy dentro de mi corazón”, que
consiguió demostrar que la imagen del charro cantor – en su versión
actualizada, seductora y moderna - seguía siendo rentable.
Pero Alejandro
Fernández quería más. En la siguiente etapa de su carrera, se acercó más al
bolero y la balada, a pesar de que más de uno quería encasillarlo como un
cantante ranchero. En el nuevo disco, Alejandro se arriesgó a buscar una fusión
convincente entre el bolero, la balada y la música tradicional mexicana. La
fórmula la encontró colaborando con el productor Emilio Estefan y el compositor
Enrique Santander. El álbum se editó en 1997 bajo el título “Me estoy
enamorando”, y significó, con casi tres millones de ejemplares vendidos, la
internacionalización definitiva del cantante mexicano.
El año 2004 estuvo
marcado por un reencuentro con esa vena pop que amalgama tradición y
sentimiento. Tanto aventurero como romántico, “A Corazón Abierto” reúne a
Alejandro con el productor y compositor Kike Santander (ganador de un Grammy),
responsable por los exitosos temas en “Me Estoy Enamorando,” al igual que con
la nueva generación de compositores como Gianmarco (quien ha escrito temas para
Marc Anthony y Gloria Estefan), Leonel García (integrante del dúo Sin Bandera),
Reyli Barba y el grupo mexicano Tres de Copas.
“A Corazón Abierto”
habla del amor, aunque nunca de una manera solemne o aburrida, y en este el
sonido va más allá de lo tradicional: ha sido enriquecido con sonidos
instrumentales, de guitarra, cuerdas y algunas líneas de mariachi que se
convierten en una mezcla de folklore, rock y elementos rancheros muy naturales
y sutiles. “A Corazón Abierto” es uno de esos discos en los que cada línea de
la melodía es memorable, donde cada canción es un éxito potencial. La magnífica
interpretación emocional y musical, son contundentes. Alejandro escuchó más de
cien canciones antes de seleccionar los 12 temas que forman este disco. En las
manos de un cantante prodigioso los resultados fueron sensacionales: un millón
copias vendidas, doble disco de platino en México y disco de oro en Sudamérica,
Argentina, España y Estados Unidos.
Posteriormente vino una
producción en vivo de la cual se desprendió un CD y un DVD “México Madrid en
directo y sin escalas”. 28 músicos en escena y un ambiente lleno de magia
conformaron el escenario perfecto para la interpretación de sus grandes éxitos,
así como de típicas canciones mexicanas en una versión acústica. Los arreglos
combinan la esencia de la música mexicana y toques de rumba flamenca. Dentro
del repertorio se incluyen los inolvidables duetos de esa noche: Amaia de La
Oreja de Van Gogh en "Me dedique a perderte", la cantante española
Malú en "Contigo Aprendí" y Diego El Cigala en "Como quien
pierde una estrella", acompañados por el cajonero: Piraña y el guitarrista:
Niño Josele. En palabras de Alejandro: Un concierto inolvidable, muy íntimo,
mágico y especial.
En el 2007, Alejandro
da de qué hablar una vez más con un nuevo disco lleno de entrañable emoción.
Con “Viento a favor”, el cantante tapatío vuelve a hacer mancuerna con
Gianmarco, Reyli y Leonel García. Además, esta vez, Alejandro ha
invitado a Fonseca,
sensacional compositor colombiano, a escribirle una canción con todo el sabor
cafetalero. El resultado es un disco alegre, verdadero e intenso que, a partir
de mediados de año, volverá a encumbrar a Alejandro Fernández como lo que es:
un ídolo que ha respetado y transformado sus orígenes musicales hasta
convertirlos en un idioma conocido en todo el planeta.